GERMÁN MARTÍNEZ
Somos un pueblo con graves problemas que nos vienen desde la fundación de la república misma y que nadie parece tener una solución a los ni siquiera una idea de cómo solucionarlos, por ejemplo, que es el más preocupante la invasión haitiana que ya nos tiene al borde de la desesperación.
A pesar de los graves males tenemos políticos obsesionados con el poder, uno por volver, nadie sabe qué se le olvidó en las tres veces que ha sido , y otro por ser que se da el lujo de gastar 40 millones de pesos de sus bolsillos para dirigir un país que no tiene nada que dar que no sea problemas que pueden llenar la cabeza del joven aspirante de prematuras e innecesarias canas cuando pudiera vivir en Europa y venir a su país de paseo .
Somos un pueblo con mucha suerte pudiera decir alguien que no conozca nuestra historia y el paso por el poder de esos ambiciosos y de uno que otro predestinado que no es embaucó con la promesa de cambio o con las manos limpias.
La obsesión con el poder sin que el país sepa realmente para qué nos debe preocupar como sociedad y preocupar a los allegados de quienes la vienen padeciendo la realidad es que el país necesita cara y sangre nueva, y apellidos nuevos , y pasar la página y comenzar a trillar un camino diferente donde la obsesión no sea el poder sino trabajar con humildad y denuedo como han trabajado siempre nuestros humildes hombres y mujeres del campo por amor al trabajo, la familia y su país!
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