David Ortiz no sólo fue la cara de los Medias Rojas de Boston, no sólo con su voz se convirtió en el icono de las Grandes Ligas, sino que además de trascender con sus hazañas, se convirtió en un padre para los más necesitados.En una emotiva celebración que fue acaparada este fin de semana en Punta Cana, sus hijos, los que han sido operados del corazón gracias a él y que han vuelto a ver la luz de la vida, cerraron con broche de oro la despedida del terreno de juego del carismático David Ortiz en su célebre Clásico de Golf.
Un padre para todos; para sus hijos legítimos, para sus más de 500 niños que han sido operados en la República Dominicana y Estados Unidos, para los peloteros, y para los allegados que se han cobijado bajo la cobertura del solidario Ortiz. Su bate ha sido su mejor carta de presentación, pero su corazón y su labor altruista ha podido salvar vidas, proeza que supera cualquier galardón. “Le doy las gracias a Dios por la carrera que he tenido, por mantener la humildad, sobre todo, por ayudar a salvar vidas”, declaró un conmocionado Ortiz durante el Clásico de Golf en Punta Cana.
El hombre que acabó con la “maldición del Bambino”, tras ayudar a su equipo a terminar la sequía de 86 años y coronarse campeón de la Serie Mundial en 2004, también exhibe como su poder ha contribuido a bendecir vidas. “Gracias David, me ayudaste con Dios a seguir viviendo, no tenía dinero y no podía costear mi operación. Estoy sana y con mucho entusiasmo de cumplir mi sueños de estudiar pedagogía”, expresó Lisbeth Martínez Espinal de 16 años, a quien se le practicó una cirugía de válvula mitral.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario